Tierra de asfalto y flores

Una de las caras de Madrid, celdas de vidrio gastado y un suspiro de luz en las aceras.

Ella me observa desde arriba, conoce mis secretos. Rebosa sueños en las azoteas, flores en los balcones, ángeles con chaquetas de cuero. Grita en silencio por la explosión de las rosas tiradas en el suelo.

Malasaña tiembla, tiemblo con ella, me olvido de ella, se olvida de mí.




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