Yuji Hamada

YUJI HAMADA Y LA POESÍA DE LA LUZ
 
Yuji Hamada nació en 1979, en Osaka. Se graduó en Fotografía por la Universidad de Arte de Nihon en 2003.
 
Tras graduarse, participó en revistas y publicaciones como asistente. Desde 2006 trabaja como fotógrafo por cuenta propia.
 
En la página web de Yuji Hamada no hay demasiado contenido. De hecho es una web más bien sosa con algunas líneas en un inglés mal escrito donde él mismo explica -no todos- sus proyectos. Pero lo importante es su fotografía. Su forma de ver el Mundo.
 
Remontándonos en el tiempo, en el 2000, realizó un proyecto llamado BLINK 'pestañeo'. En éste reflexiona sobre los instantes de la vida diaria. Instantes que se pueden perder en un solo pestañeo.
 
En el proyecto aparecen escenas diarias, rutinarias, pero bellísimas, que ya dejan ver la estética del fotógrafo y su búsqueda -muy común en los japoneses- de la belleza en lo cotidiano.
 
 
 
 
 
 
En 2011, tras el terremoto en Japón, Hamada recibió una postal de un amigo desde Suiza. Quedó cautivado por la esencia y el espíritu de las montañas y creó el proyecto PRIMAL MOUNTAIN. Construyó montañas pequeñas con trocitos de papel de plata.
 
Su objetivo, según marca él mismo en la web, era demostrar el poder que una imagen tiene para distorsionar la realidad, haciendo de los pequeños y leves pedacitos una montaña sólida y eterna.
 
 

 
 
En 2014, realiza dos proyectos: C/M/Y y 36 LIGHTS '36 luces'.
 
En el primero, toma fotografías de cascadas y las descompone en capas de Cian, Magenta y Amarillo (Cyan/Magenta/Yellow), creando imágenes totalmente distintas a las originales y cambiando la trayectoria de su estética. En 36 LIGHTS, fotografías en vertical que representan los reflejos de la luz en el agua, y sus siguientes proyectos volverá a la estética minimalista tan japonesa y que tan cautivados nos tiene.
 
 C/M/Y
 


 
36 Lights
 
En 2015 realiza su proyecto más reciente: BRANCH 'rama'. Son fotografías de ramas en la nieve, así de sencillo y así de complejo. Cada cual puede sacar sus conclusiones. Hamada no explica nada en su web y deja que las imágenes hablen por sí mismas.
 
Para mí representa el propio movimiento de la vida; la fuerza de algo tan insignificante que se abre paso entre el vacío -la nieve- y consigue ver la luz. Una luz que se repite constantemente en la obra del japonés. Una luz que tiene un papel crucial, el mismo que en nuestra propia vida.

 
Aun así, que cada cual saque sus conclusiones. Si la capacidad de que alguien ajeno tome una obra como propia es lo que define a un buen artista, entonces Yuji Hamada y su luz quedan definidos.
 
 


 
 


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